Esta temporada, recién comenzada con renovadas ilusiones, estaba siendo especialmente benigna en cuanto a lesiones y achaques diversos que afectan a todo corredor (y a mí en particular) al aumentar la carga de trabajo tras los meses de parada estival. He ido acumulando kilómetros en las piernas poco a poco pero sin pausa, y me extrañaba no sentir todavía ninguna señal de alarma de tipo muscular (la rodilla me viene molestando un poco aunque parece estar controlada), los temidos "isquios" parecían en plena forma y yo tan contento. Hasta ahora.
![]() |
| Primer kilómetro por la arena |
El domingo 1 de octubre me levanto a las 7:30 de la mañana. Tomo mi te verde, compota de manzana, tostada de pan de centeno y medio plátano. He dormido bien, aunque ayudado por un sedante recetado por el médico. Mis problemas para completar una noche de descanso continuo no terminan de ser superados para mi desgracia. Tras vestirme y coger la bolsa de deporte preparada la noche anterior marcho hacia la vecina localidad de San Pedro del Pinatar. El día ha amanecido nublado. Nubes algodonosas visten de gris un triste cielo matinal. Poco a poco los rayos de sol se van filtrando entre huecos que van apareciendo aquí y allá por la bóveda celeste, llenando de optimismo y energía mi mente. No obstante, los nervios previos a la carrera están siempre presentes. Llegado al puerto deportivo de Marina Salinas de San Pedro con suficiente antelación me dirijo a recoger el dorsal. Las colas no son largas y no me hará falta esperar mucho. Veo a un compañero de club: Javier Piñeiro, bravo corredor de una amabilidad exquisita y un pundonor y coraje enormes. Se encuentra sufriendo un proceso gripal y aún así no quiere perderse el evento. Correrá también la prueba larga (se disputa en paralelo otra carrera menos exigente de solo 7,6k) y tras saludarnos charlamos un rato y nos hacemos la preceptiva fotografía. Después de acudir como es norma previa a toda carrera al aseo y cumplir con uno de los desafíos matinales (de gran importancia) me dirijo a los aledaños de la linea de salida para calentar. En otras ocasiones (en las más) correteo bastante, aproximadamente durante una hora, aunque esta vez quizá recordando la experiencia del año anterior cuando las fuerzas me flaquearon decido no pasarme y tras unos 20 minutos paro y me limito a dar "saltitos" esperando que suene el disparo que dará inicio a la prueba.
Instantes antes veo a tres o cuatro corredores que sin duda serán los que se disputen la victoria. Reconozco a alguno de ellos de ediciones anteriores y me empiezo a temer que el ritmo puede ser trepidante. Veremos.
![]() |
| Con Javier Piñeiro |
![]() |
| Podio absoluto |
Estamos corriendo a un ritmo vivo pero no extenuante, a unos 3'35". Justo lo planeado para los primeros 5 kilómetros. Tras el paso por la bifurcación donde los participantes en la prueba corta giran a la izquierda, observo que quedan en cabeza cuatro corredores lo que me obliga a alcanzarlos si quiero tener opciones de subir al podio. Poco a poco voy acelerando hasta poner un ritmo de 3'24" para darles caza por el km.6. Un compañero se va descolgando, ya solo quedamos cuatro y tras un breve respiro decido tensar la cuerda para asegurar el podio. Me pongo en cabeza a 3'26" durante algo más de mil metros y logro que el cuarteto pase a ser terceto, ¡podio asegurado! (o casi). Y enfilamos sin más dilación los postreros y mas duros 3 kms de arena en dirección norte que nos llevarán hasta la linea de meta. A estas alturas estoy ya rendido, me limito a aguantar el ritmo (bastante benévolo por cierto) que mis compañeros, Pepe Caracena y Lorente Murcia, marcan con regularidad. Voy bastante tocado, sufriendo como en los mejores tiempos, me ayuda el pensar en la recompensa del podio y en el subidón de endorfinas que me espera a la llegada. Lorente parece bastante hundido también. A falta de 500 metros Caracena acelera y nos deja. Yo ni siquiera puedo seguir a Lorente y lo acepto resignado. Últimas miradas hacia atrás y no veo a mi perseguidor, me inunda la alegría en la recta de meta que cruzo en un tiempo de 49'54", el mejor de las 3 ediciones disputadas.
Tras la carrera charla y fotos con los compañeros, refrescos y cervezas, ducha y espera para la entrega de trofeos. Posteriormente se disputan las pruebas infantiles siempre emotivas y la organización junto a la cofradía de pescadores nos agasaja con un estupendo y delicioso caldero.
Enhorabuena una vez más a los organizadores. Todo transcurrió de forma perfectamente sincronizada. Incluso la entrega de premios fue más ágil que en ocasiones anteriores. Gracias y hasta el año que viene.
Salu2.
![]() |
| Delicioso caldero del Mar Menor |




No hay comentarios:
Publicar un comentario