-WQOWjIqPrzeKpDbadcYUstRQCLcBGAs/s1600/whatsapp_image_2017-09-10_at_13.16.07.jpeg' name='twitter:image'/> Running to the edge. : enero 2017

martes, 31 de enero de 2017

28 Medía Maratón de Santa Pola

Vuelvo a comentar mis andaduras, mejor dicho correrías, por las diferentes pruebas que cada semana se desarrollan a lo largo de nuestra geografía y en las que me decido a participar. Cuando empecé con esto del "running", sin apenas haber entrenado y más bien con más curiosidad y falta de prudencia que real interés por el correr, me limitaba a participar en medio maratones. Esas tres primeras carreras fueron a la vez maravillosas y un infierno. Recuerdo la terrible agonía física y mental que sentía al pasar por el kilómetro 15 y ese mantra repetido hasta la meta: "¿pero qué estoy haciendo yo aquí?, ¡esta es la última vez!". Una de esas carreras fueron mis primeros y hasta ahora únicos 21,097 metros de Santa Pola. De esto hace ya tres años, ya que por h o por b no he podido volver. Este 2017 pese a que físicamente no ando bien y a que el pico de forma lo suelo alcanzar más tarde, a finales de febrero o marzo será mi segunda presencia en la prueba.




No puedo decir que no la preparara bien. Seguí a rajatabla el plan previsto, las tiradas largas, las progresiones, los intervalos. La intención era bajar de 1h 15', empresa harto difícil para mí (tengamos en cuenta que mi mejor tiempo en esta distancia era hasta ahora de 1h 16' 16". Quitarle al cronómetro más de un minuto no es tarea fácil. Los indicios no eran esperanzadores del todo, aunque mantenía cierta esperanza de que si todo se daba bien podría con la meta prevista. En cualquier caso siempre intento que haya un plan b e incluso un c. El b era hacer mejor marca y el c disfrutar de la carrera si las piernas no respondían. Los ritmos que preveía seguir eran de 3' 32" hasta el km 11 y a partir de ahí correr a 3' 34", lo que me permitiría por los pelos bajar de 1h 15'. En una carrera tan concurrida y llana como la de Santa Pola solo puede haber una causa externa que dificulte o haga imposible tus metas si el cuerpo responde y esta causa es la meteorológica, más concretamente el viento. Y ¡cómo no! se preveía viento, y mucho.
Estuve toda la semana pendiente del parte meteorológico y este no hacía más que empeorar las predicciones. Finalmente amaneció un día desapacible, triste y ventoso. La famosa "Ley de Murphy" se volvía a cumplir. Aun así decido intentarlo.




Con dos horas de antelación llego a la popular localidad alicantina famosa por sus salinas, sus playas, Don Santiago Bernabeu y por su media maratón. Aparco en una de las áreas habilitadas a tal efecto y me dirijo a la zona de salida. Todavía no hay mucha gente, aunque se empieza a adivinar que pronto el jolgorio y el ambiente de fiesta vestirán de gala la avenida principal. Como hace un poco de frío me he traído una sudadera vieja que antes de la salida dejaré en algún lado, paso de esperar en el guardaropa. Empiezo a calentar paralelo al paseo que ofrece unas preciosas vistas al mar. Dos kilómetros para allá, dos para acá y veo que las calles se van llenando de corredores. Crece la algarabía y el entusiasmo del cual me contagio. Los minutos pasan rápidos y la adrenalina empieza a fluir. Me dirijo a mi cajón de salida, el de color verde. Allí veré a algunos de los compañeros que me encuentro en las carreras comarcales, aunque realmente echo en falta a bastantes que son asiduos a casi todas (no se por qué no habrán venido). En cualquier caso la cifra de inscritos supera los 8.000.
Dando saltitos intentamos no quedarnos fríos y sin retraso suena el disparo que da inicio a la carrera.




























Los africanos y demás corredores de élite salen como balas, los del dorsal verde (yo incluido) vamos detrás. No quiero excederme en el primer kilómetro en el que la música, la adrenalina y la turba enloquecida te empujan a correr más de lo debido. Miro sin parar el reloj: "voy bien, 3'32", ¡genial!"
Los primeros 5 km los paso según el tiempo previsto, a penas con 4" de retraso. Poco a poco se van formando los grupos de corredores. Ahí va a estar la clave. Si mi grupo es muy lento tengo un problema y si van muy rápido también. Con el viento que hace no correr acompañado es una temeridad.  En un primer momento un chaval que me suelo tropezar en las carreras que discurren por el norte de la provincia toma el mando. Somos unos 6 o 7 corredores los que corremos juntos. Con gran valentía mantiene un ritmo vivo durante los  cinco primeros kilómetros. ¡Estupendo!, pero llegado el sexto al enfilar la parte que transcurre por el puerto veo que vamos perdiendo fuelle. Dudo en practicar el "runner hopping" (saltar de grupo en grupo), por delante solo veo corredores solitarios que se van quedando descolgados de las primeras plazas. Pasado el kilómetro 7 se confirman mis temores, el ritmo bajó a 3'37", así será imposible. Me pongo en cabeza y decido tirar, pero no veo voluntad de incrementar la velocidad ni de dar algún relevo, el kilómetro 8 lo correremos en 3'36". Me encuentro en un mar de dudas y finalmente decido saltar a por un corredor que viste una camiseta con una leyenda en sueco, tiene un buen porte, a ver si podemos tirar para delante juntos. Llego a su nivel y me tomo unos segundos de descanso pero por desgracia el tipo va desfondado. Es una locura seguir solo, me resigno a ser engullido por el grupo de nuevo. Me sitúo a cola a verlas venir. El kilómetro 10 y el 11 los pasaremos a 3'39 y 3'41 respectivamente (según el gps), llevamos una media de 3'35" que a la postré será la que marcaré en meta. Los dos próximos kilómetros, ligeramente en bajada, los corremos con rapidez. Mi paisano Ramón se queda del grupo, yo me encuentro con fuerzas. Poco a poco vamos alcanzando corredores desfondados y otros que me acompañaban desde el principio terminan por desfallecer. Así, apretando los dientes llegamos al kilómetro 18 donde se enfila ya la recta paralela a la playa que da acceso a la meta. Mis compañeros avivan el ritmo y yo digo: "basta, no puedo seguiros". Mantengo la velocidad sufriendo como en los viejos tiempos y entro a unos ciento cincuenta metros de ellos. Finalmente 1h 15' 32", mejoro mi marca en un día no propicio para ello, pero no consigo romper la barrera de la hora y cuarto. Otra vez será.
En lo relativo a la organización de la prueba no puedo tener queja. Si comparo la última vez que estuve aquí (año 2013) y esta última, se aprecian mejoras considerables. La zona de meta está muy bien organizada, botellín de agua , toalla, bebida isotónica, barrita energética, magdalena, naranjas y medalla te son entregadas a la llegada. Ademas hay barras donde se sirven más bebidas, incluida cerveza. Servicio de masaje, gravado de medallas (previo paso por caja) y todo ello en una zona bastante amplía y cómoda.Vi cierto caos (inevitable) en el guardaropas (yo no lo usé). Parking perfecto en zona de mercadillo a 300 metros de la salida. Calles donde calentar previamente a la salida sin agobios. Avituallamientos líquidos (que pena de agua, ¡que derroche!) cada cinco kilómetros si no recuerdo mal (yo cogí una en el km 10 para beber un trago y tomar el gel). Animación en meta y a lo largo del recorrido con música y batucadas. Control de tiempos  a los 5, 10 y 15 kilómetros. En definitiva todo lo que podemos esperar de una prueba que es medalla de bronce otorgada por la IAAF. Mis felicitaciones.





Como detalle negativo, casi anecdótico, apuntar la siempre presente cesión de dorsales. Lo veo bien siempre que quitemos el chip o no salgamos a competir. El tercero de mi categoría (afortunadamente fui quinto) de 45 a 50 años, era un chaval veinteañero que privó al cuarto clasificado de la alegría de subir al podio. Ya ha sucedido en varias carreras y si alguna vez me veo involucrado lo denunciaré.      
Esto es todo por ahora. Saludos.


miércoles, 11 de enero de 2017

Y comenzamos al año como lo terminamos

Ando algo perezoso a la hora de escribir algunas palabras en mi cuaderno de bitácora. Realmente no hace honor a su nombre ya que como es sabido todo capitán de navío que se precie debe de señalar en él cada efeméride o acontecimiento que diariamente acontezca y sea digna de relatar. Pero como esto es un desahogo ocasional me he tomado un respiro.
Como venía comentando en la anterior entrada el comienzo de temporada, atléticamente hablando, ha sido bastante duro. Solo la "cabezonería" y el espíritu de lucha me han hecho no rendirme ante las adversidades y falta de buenas sensaciones. Y es que entreno tras entreno noto una notable resistencia de mi cuerpo a lograr la debida puesta a punto, el largo "descanso" -la parada de tantos meses- ha hecho mella en mi condición física, y los efectos de la edad sin duda también han contribuido a ello.
No obstante rendirse siempre es la última opción y decidí afrontar con paciencia la situación.
Lo primero era curar los músculos isquiotibiales  y trabajar de una vez por todas "la fuerza", ¡no solo de estiramientos vive el corredor! Y parece ser que funcionó o va funcionando. Tras una parada de dos semanas comienzo a trotar y poco a poco a subir la intensidad de los entrenamientos. Ya para principios de diciembre me encuentro dispuesto, no sin ciertas reservas, a disputar mi primera carrera en ruta, eligiendo el bien organizado y concurrido Cross Urbano de Guardamar del Segura en su decimocuarta edición. Si no recuerdo mal fueron unos ocho kilómetros divididos en dos vueltas por el casco urbano de esta bonita localidad de la vega baja. Llego con bastante antelación, con aproximadamente 90 minutos, a la vecina ciudad donde el río Segura vierte sus aguas en mi querido mar Mediterráneo. Recojo el dorsal sin mayores problemas, las carpas se disponen en la plaza frente a la iglesia y me decido a trotar paseo abajo junto a los pinada y hasta casi la misma orilla del mar. Hace un poco de viento aunque no debe de ser un problema ya que el recorrido está bastante protegido entre las casas. Poco a poco van llegando corredores y grandes grupos que conforman los numeroso clubes de la comarca. Todos eligen la misma zona para calentar haciéndose cada vez más difícil el corretear sin llevarse un pisotón.



Tumultuosa salida del XIV Cross Urbano de Guardamar del Segura.


Al mismo tiempo se disputan las carreras infantiles. Hay un buen ambiente, los chicos del club "Maratonianos" de Guardamar lo saben montar bien y en la recta de meta se acumula una notable presencia de espectadores (lo cual es siempre de agradecer). Señalar que hay premios en metálico lo que unido a lo reputado de la prueba me permite suponer que está será concurrida y con la presencia asegurada de los más "rápidos" corredores de la zona. Y así fue. Mis expectativas tras las desilusiones de mis primeras carreras tras el verano eran fundamentalmente recuperar sensaciones y hacer podio en mi categoría (veteranos de 45 a 50 años), por lo que por esta vez no me sitúo en las primeras lineas de atletas dispuestos a salir. Quiero correr a unos 3'25"/3'28" el km y no me quiero cebar con nadie. Y sobre todo quiero disfrutar por una vez esta temporada.  Suena el disparo de salida. Como niños al oír la sirena del recreo la turba parte desatada. ¡Madre mía! ¡Cómo van estos tipos! Yo voy a lo mío, mirada va y mirada viene al gps, me planto en 3'26". El hecho de la gran afluencia de participantes me ayuda a mantener el ritmo, ya que siempre tengo alguien a quien seguir. Y con la estrategia que podríamos llamar "runner hopping" y con gran comodidad van pasando los kilómetros. Voy viendo caer las primeras víctimas de un inicio excesivamente rápido, paso a gente de mi nivel lo que me genera nuevas energías. Y así sin mayores sobresaltos trascurrirá la carrera. Bueno, realmente si que sufrí una cierta decepción cuando a pocos metros de la llegada y tras confiar en que estaba ya todo "el pescado vendido" mi principal rival  en la categoría, Juan Sempere,  me paso como una exhalación, ¡menudo esprin! Finalmente, y como era de esperar ganó Mohamed Khttab y un servidor fue vigésimo tercero en la clasificación general y segundo de los veteranos c.
Destacar la excelente organización de "Maratonianos". Hubo forro polar de regalo para todos los participantes, regalos repartidos por sorteo y para los que tuvimos la suerte de hacer podio. Un gran día y una gran carrera que apunto en mi calendario.



El "dorsal 30" me llevó a buen ritmo durante buena parte de la prueba. ¡Gracias!

Tres días mas tarde tenía decidido correr el cross que recorre las calles de Torrevieja. El año pasado no pude disputar la prueba y pese a que hasta ahora la organización ha sido algo deficiente, dado que suelo hacer un buen resultado decido correrlo.  Ya va por su cuarta edición este Cross Popular Nocturno de Torrevieja. Son unos 7,2 kilómetros en dos vueltas por el centro de la localidad salinera. He de decir que la última vez fue un caos, con calles abiertas al tráfico, sin casi policía ni asistencias, correr aquella edición se pudo considerar deporte de riesgo. Supongo que se debió a la turbulenta situación en la administración y policía local, así como al total desinterés por parte del Club Atletismo Torrevieja que "sobre el papel" era el organizador. Pero este año todo cambió para bien. casi un "10" para el club y para la organización en general. Una pena que (en contraste con la prueba disputada en Guardamar unos días antes) la asistencia de público fuera tan escasa. Cada año va a menos. Corredores hubo unos 400, no está mal para lo apretado del calendario (se corría un día después en el cercano pueblo de Bigastro otra carrera más), demasiadas carreras y cada vez mas exigua la participación.


Preparándonos para salir en el Cross Nocturno de Torrevieja



Habiendo recogido el dorsal por la mañana, aproximadamente una hora antes de la salida prevista me
dirijo a calentar y observar el ambiente reinante en la plaza de la constitución, donde ya debería sentirse el espíritu navideño. Aún había poco movimiento, pero observo que esta vez si se cortará el tráfico y hay suficientes voluntarios. También veo a gran numero de socios del club local de atletismo desarrollando labores de organización. Parece que todo irá bien. Por mi parte marcho trotando por el paseo Vistalegre hasta el inicio del dique de levante intentando calentar un poco para salir en condiciones. Últimamente siento que el trotar unos kilómetros antes del esfuerzo de la carrera es fundamental, me permite activar mi cuerpo y mente y evitar lesiones. Pues eso, corro durante una hora parando a intervalos para estirar un poco y llega la hora de la salida. Esta vez, dado que la prueba de Guardamar salió bien, la estrategia será diferente, también se debe a que aquí conozco a algún corredor más y a que la clasificación de corredores locales es muy apetitosa. A punto de salir ya nos saludamos los que seremos rivales en unos minutos. Veo a los chicos de mi nivel no lejos de mí. Y arranca la prueba. La primera vuelta es un "disparate", los compañeros van como locos... miro el gps y me asusto: ¡a este ritmo no aguantamos las dos vueltas! le cojo la matricula a Ramón Céspedes y veo que Joaquín Sáez que es de mi categoría nos pasa. Aprieto los dientes y espero a que amaine el temporal. Pero Ramón va a lo suyo, me lleva durante 3 kilómetros a 3'18" y completo la primera vuelta en 12 minutos justos (a 2'20"). Pero algo pasa, veo a Ramón ceder, se va quedando pese a que el ritmo decrece: "ha colapsado". Quedo solo con un grupo a unos 20" por detrás y un corredor que me precede y al que voy cogiendo. Finalmente lo pillo pese a que he bajado el ritmo de forma notable. Juntos, sin mayores esfuerzos llegamos a meta. No le lucho la posición al sprín, este año no me veo rápido, y entro en el puesto 10ª a una media de 3'25" el kilómetro, 2º veterano c (para mi sorpresa, un desconocido y rápido compañero me precedió) y 2º corredor local. No está mal. La prueba la ganó el corredor El Hocine Bouchrak (una gacela).



12' la primera vuelta. A 2'20". 3'6kms a tope.

Tras las fiestas de Navidad...

Tras las carreras de diciembre llegaron las fiestas de Navidad. El ritmo de los entrenamientos desciende y las copiosas comidas y celebraciones tomarán el relevo de manos de los intervalos y "fartleks". Pese a ello, habiendo decidido correr la media maratón de Sta. Pola, no quiero que mi estado de forma decaiga demasiado. Persisto en las rutinas y decido presentarme en El Campello el día 8 de enero para disputar su Carrera de Reyes. Esta prueba que ya he corrido en otras ocasiones transcurre durante 6 kilómetros por el paseo paralelo a la playa de la localidad. Son dos vueltas totalmente llanas propicias para hacer un buen tiempo y volver a casa con un buen sabor de boca. Cada temporada me permito el pequeño lujo de desplazarme con un día de antelación a algún punto de nuestra geografía donde se programe alguna carrera que me apetezca correr y de paso disfruto de cena y noche de hotel y hago algo de turismo. El instinto nómada me persigue y al fin y al cabo lo mismo da El Campello que Vientiane, el caso es sentir la libertad en la huida de la monotonía de la vida cotidiana.
Así que disfruté de un bonito fin de semana de soledad y "running" en este bello enclave alicantino.
Duermo bastante bien la noche previa a la prueba, y esto es bueno ya que soy de "mal dormir". Me levanto con tiempo suficiente y tras desayunar frugalmente me dirijo a recoger el dorsal y trotar por el paseo marítimo.
La soleada mañana nos muestra la belleza del mar y la costa en todo su esplendor. Prácticamente no hace nada de viento y la temperatura, algo fresca, es perfecta para la practica del "runnig". No se puede pedir más. Correteo durante unos 6 kilómetros dejando fluir mis pensamientos y calentando cuerpo y mente. Poco a poco van llegando los compañeros participantes y la zona se viste de llamativos colores.


A todo trapo


En este punto conviene y es de recibo destacar la GRAN organización del Grupo Brotons y de Pepe Brotons que ejerce de "espiquer" en estas pruebas. No se les puede poner un pero. Pese a que la carrera pueda parecer algo cara, sobre los 10€ para 6 kms, realmente los merece. Esta vez no hubo camiseta conmemorativa aunque sí bolsa con regalos varios. Se sortearon algunos más entre todos los participantes y también tuvieron todos los que subieron al podio. Todo el evento transcurre con gran fluidez y la entrega de trofeos no se convierte en un castigo. Excelente trabajo.
En lo estrictamente deportivo destacar que a la hora señalada se da salida a la carrera. Unos 200 corredores la disputan. Ya desde el principio Fco. Javier Carpena toma la delantera y me limito a seguirlo, Creo que es el más fuerte de los allí presentes. Últimamente el gps no me va muy bien y decido no mirarlo para no asustarme y no comerme la cabeza con los tiempos, pero esta vez fue un error. Voy bastante cómodo, quizá demasiado, me sigue un corredor (un triatleta) con el que luego tendré la suerte de conversar llamado Ismael Navarro. Haremos la carrera los tres en cabeza hasta casi el final. Ya en la última vuelta miro el reloj y veo que vamos muy lentos pero no me encuentro para muchos lujos. Como en otras ocasiones tras el verano peco de conservador y decido no asumir riesgos. Finalmente la lógica se impone, Carpena acelera un poco el ritmo y gana unos metros entrando en primera posición. haré un segundo puesto que no está mal e Ismael Navarro completará el podio. Un buen fin de semana, sin duda, aunque el tiempo realizado me genere dudas en cuanto a mi estado de forma (corrí a 3'28" el km) y me haga replantearme mis objetivos en la próxima carrera: la reputada "Media Maratón de Sta Pola".



Podio con Carpena e Ismael Navarro